lunes, 7 de febrero de 2011

Qué puede pasar el 14 de febrero - Escribe el rector Dr. Rodrigo Arocena.

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Qué puede pasar el 14 de febrero

Escribe el rector Dr. Rodrigo Arocena.

En educación se destruye rápido pero se construye lento, por lo cual hay que combinar metas de largo plazo, tareas concretas e indicadores específicos de avance. Recientemente se ha manifestado entre nosotros una justificada preocupación por un problema de larga data, la persistentemente baja tasa de culminación de la enseñanza media. Para contribuir al resurgente debate educativo, pedí elementos comparativos a un destacado colega brasileño –que conoce y quiere al Uruguay- , quien me envió, además de una extensa documentación, la siguiente selección de información del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística:

En 2009 la población de Brasil con enseñanza superior completa llegó a 10,6%, un incremento de 2,4% respecto a 2004. Quienes concluyeron el nivel medio pasaron de 18,4% a 23% en el mismo período. Algo más del 78% de los 55,2 millones de estudiantes brasileños asistían al sistema público. En la enseñanza superior el 76,6% asistía a instituciones privadas.

Varias lecciones surgen de esos datos. Notemos tan sólo que todavía son comparativamente pocos los que culminan la enseñanza media allá. Gran trabajo nos dará universalizarla aquí, meta acorde a su tradición democrática que el Uruguay se ha planteado. Viabilizarla exige encarar simultáneamente otras de similar envergadura. Por un lado, como lo confirma información recientemente conocida, hace falta fortalecer considerablemente las instancias previas. Además, el avance cualitativo y cuantitativo de la enseñanza exige formar más y mejores docentes para todos los niveles, desde la educación inicial hasta la educación universitaria. En suma, fortalecer el conjunto del sistema educativo es en sí mismo necesario y, también, imprescindible para avanzar hacia la universalización de la enseñanza media.

Por otro lado, para que un número creciente de jóvenes tengan realmente ganas de completar ese nivel de formación –sin lo cual aquella meta no saldrá de los papeles–, tienen que ver que ese esfuerzo les abre alternativas atrayentes. En el mundo en el que ellos van a vivir, eso en general pasará por el acceso efectivo a niveles más avanzados de formación. Uruguay progresará hacia la universalización de la enseñanza media si además expande sustancialmente la enseñanza terciaria. Esto último es, además, condición imprescindible para el desarrollo integral. Por ello la UDELAR se ha planteado, como eje de una nueva Reforma, contribuir a la generalización de la enseñanza avanzada y permanente, conectada con el trabajo a lo largo de toda la vida activa.

En Uruguay, país original donde la conmemoración del Bicentenario de la emancipación dura como veinte años, ¿no cabe plantearse como meta de fin de período que la mayoría de los jóvenes puedan alcanzar formación de nivel terciario?

Avanzar en esa dirección pasa por construir un Sistema Nacional de Enseñanza Pública (SNEP), que incluya nuevas instituciones y una mejor coordinación entre todos sus componentes, a lo que viene contribuyendo la UDELAR. Ésta promueve al mismo tiempo su propia transformación, en la que progresa lentamente pero impulsada por ciertas mejoras concretas, que incluyen: un incremento del número de graduados cercano al 20% en los últimos cinco años, la creación en el mismo período de más de veinte nuevas carreras de grado y de más de treinta nuevas ofertas de postgrado, un mayor respaldo a los estudiantes que ingresan a la institución, una expansión de las actividades interdisciplinarias, una enseñanza más vinculada con la creación (como lo muestran los proyectos estudiantiles de investigación) y la extensión (ejemplificada por la participación en 2010 de más de cinco mil estudiantes en espacios específicos con ese propósito), el progreso de la regionalización que permite ya ofrecer en el Interior varias carreras completas a unos siete mil estudiantes.

Ojalá la reunión anunciada para el 14 de febrero del Consejo de Ministros con la Comisión Coordinadora del SNEP, potencie una multiplicidad de labores que permitan levantar, con realismo y esperanza, tres metas definitorias del Uruguay del Bicentenario:

1. Fortalecimiento de todo el sistema educativo, sus instituciones y los vínculos entre ellas.

2. Universalización de la enseñanza media, que capacite tanto para la ocupación como para acceder a mayor formación.

3. Generalización de la enseñanza avanzada conectada con el trabajo toda la vida.

Blog "Hacia la Reforma Universitaria"

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