miércoles, 15 de septiembre de 2010

Jornadas "En el cristal de la lengua" de la École lacanienne de psychanalyse

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école lacanienne de psychanalyse

Jornadas


En el cristal de la lengua

Montevideo

sábados 13 y 27 de noviembre de 2010

Desde los comienzos de la aventura psicoanalítica, aquello que Freud teorizaba en alemán fue objeto de un trabajo de pasaje a otras lenguas. Es así que se le encomienda a J. Strachey, en análisis con Freud y vinculado al llamado grupo de Bloomsbury, la ardua labor de pasar el texto freudiano al inglés. Tanto Freud como el grupo británico estaban al tanto de la familiaridad de Strachey con la lengua coloquial alemana, lo que lo convertía en un intérprete posible. Se abría, entonces, la posibilidad de hacer pasar a la lengua inglesa los giros idiomáticos que testimoniaran de un inconciente parlante, enraizado en las ocurrencias del habla coloquial. Y allí mismo surgieron los obstáculos: ¿podría traducirse un sueño o un chiste de modo tan sencillo? ¿pasaría un chiste en alemán límpidamente al espíritu del humor inglés? Más aún ¿es posible que un sueño, en su compleja trama jeroglífica, pase a otra lengua sin pagar peaje? ¿y un síntoma?

Cuando de psicoanálisis se trata, el pasaje a otra lengua parece comprender en su condición más íntima, una dificultad propia del tránsito que aspira a recorrer. Un recorrido que transporta los avatares de literalidades, de homofonías y de efectos de sentido que revelan la condición de un lenguaje siempre en el límite de lo indecible.

En un intento de dar cuenta doctrinalmente de esta compleja situación en la que se traman sonido, letra y sentido, J. Allouch[1] describió tres operaciones –transcripción, transliteración y traducción- que, articuladas al ternario lacaniano simbólico, real, imaginario, permiten avanzar en el análisis de dicha complejidad.

Así situado, desde la misma clínica, el pasaje de lenguas, con sus dificultades, nos interroga en el corazón mismo de la apuesta del psicoanálisis, al menos como J. Lacan lo problematizó. ¿Qué relación habría entre la lengua del decir en un análisis, lengua de los síntomas o lengua de los quiebres de una voz sufriente, y los desciframientos y teorizaciones de una experiencia analítica y sus pasajes de una lengua a otra?

De diversas formas, los giros de una lengua singular, que Lacan supo llamar lalangue, parecen tocar un punto extremo donde ella se hermana con la poesía. Como si, inevitablemente, el advenimiento de ciertas verdades llevara consigo la producción de un estilo. Schreber pudo formularlo de un modo que convino a Freud: las Voces le enseñaban, a partir de un antiguo alemán, una lengua nueva que a veces podía traducir y a veces no, y a la que llamó “lengua fundamental”. ¿Será posible hablar –en la cura- de cierto efecto en relación con la lengua que se creyó poseer? ¿Algo como el advenimiento allí de cierta extranjeridad y/o alteridad?

Pero la singularidad de cada hablante no deja de situarse en un entramado de lengua común. El psicoanálisis no queda por fuera de los avatares de las prácticas discursivas que se producen en cada época. Los discursos se validan en un cuerpo social que los acoge o los rechaza de acuerdo a las oscilaciones, tanto de un pensamiento hegemónico como de las posibles resistencias al mismo. La lengua de Freud, la lengua freudiana, sufrió también los embates de circunstancias políticas que, en una imposición dictatorial, la transformaron en lengua “degenerada”. Del mismo modo que en cualquiera de las circunstancias históricas que por vía de un veredicto dictatorial se pretende maniatar la producción lenguajera de un pueblo. Lengua que es, entonces, social y singular porque se construye en el permanente quehacer parlante de sujetos inmersos en una cultura cambiante.

Se agrega, pues, otro desafío para el psicoanálisis : poder tomar esa dimensión de los discursos que proliferan en sus más diversas aristas y que inadvertidamente producen lenguas, lenguas menores que se asoman como el resonar de voces acalladas, transformando, una vez más, lo que llamamos lengua común.

Estas reflexiones sobre las particularidades que desde el campo freudiano se plantean en el pasaje de lenguas abren la convocatoria a unas jornadas de trabajo.

LUGAR: Centro de Farmacias del Uruguay- Lauro Müller 2028

HORARIO: de 9 y 30 a 12 y 30 y de 14 a 18

CONTRIBUCIÓN A LOS GASTOS: una jornada – $ 500; ambas jornadas – $ 800


[1] Jean Allouch, Letra por letra, nueva edición, Epeele, México, 2009.

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